Slow fashion vs. fast fashion. Hablemos de las diferencias
Slow fashion vs. fast fashion
Están en todos lados. Los términos slow fashion y fast fashion resuenan en la industria de la moda desde hace unos años. En un contexto en que la exclusividad, la obsesión por reciclar la ropa y la atención en el cuidado del planeta se han apoderado de nuestro armario, analizamos ambos conceptos por separado para después, enfrentarlos.
Slow fashion vs. fast fashion. ¿Qué es el fast fashion?
Cuando mencionamos este término, no hablamos de otra cosa que de moda rápida. Este modelo de negocio, consiste en producir la mayor cantidad posible de colecciones y prendas para su pronta comercialización.
A efectos prácticos, es el modelo que permite que vayas hoy a Zara, y la ropa sea totalmente diferente a la que encuentras 15 días después. Para que sea mucho más atractiva y fomente la compra, todas estas colecciones están inspiradas en las últimas tendencias. Las empresas ponen sus esfuerzos en confeccionar réplicas en el menor tiempo posible, en baja calidad y a un precio muy bajo para cambiar los artículos lo más rápido posible hasta que llegue la próxima tendencia.
Sobre todo en los últimos tiempos, este modelo ha sido duramente criticado. La producción a destajo supone un daño irreparable para el medio ambiente, además de poner en tela de juicio las condiciones de los trabajadores que producen esas prendas.
A medida que la producción se supera en tiempos cada vez más cortos, las entregas se vuelven más exigentes. Esto afecta directamente a la violación de leyes y competencias de precios, lo que pone a las empresas en la tesitura de asumir riegos ilegales por miedo a perder competitividad.
La producción textil mundial se duplicó entre 2000 y 2014, y desde entonces no se ha enfrentado a una bajada. Los países occidentales nos hemos acostumbrado a comprar a un precio asequible lo último en moda, por lo que en promedio, hasta el 40 % de nuestra ropa no la usamos y acaba en la basura después de un par de años-
Slow fashion vs. fast fashion. ¿Qué es el slow fashion?
En la otra cara de la moneda tenemos un término que describe un enfoque sostenible y consciente de la producción y el consumo de moda. En este caso, una gran parte de la producción, parte de materiales ecológicos o reciclados. Frente a la rapidez y baja calidad del otro modelo, estas prendas suelen ser de mayor calidad y, por lo tanto, más duraderas.
En el centro de toda la producción, el medio ambiente y las personas. Concede buenos materiales y la producción respetuosa con el medio ambiente.
Estas prendas suelen estar hechas de fibras naturales, como el algodón. Son biodegradables y por lo tanto no contaminan ríos y mares. Además, los sistemas de agua cerrados se utilizan a menudo en la producción para que el agua se reutilice y los colorantes no lleguen a las aguas residuales.
Los fabricantes locales son la clave en la producción, haciendo posibles cadenas de suministro más cortas. También hacen posibles salarios y condiciones de trabajo honestos para sus empleados.
Este modelo está cobrando protagonismo por la creciente concienciación sobre el impacto de la industria de la moda. Los diseños de este tipo de prendas suelen ser más simples y menos modernos, por lo que no pasan de moda tan rápido. De esta manera el consumo también disminuye.
Pero slow fashion no solo abarca toda esta nueva ropa producida de manera sostenible, sino que también se aplica a la segunda mano, con prendas que se intercambia o vende sin necesidad de producción.
Slow fashion vs. fast fashion
Estamos seguros de que, una vez los dos conceptos sobre la mesa, has sacado tus conclusiones. Mientras que el fast fashion aboga por la rapidez a cualquier precio para el planeta y los demás recursos, el slow fashion trata de contrarrestar para producir de la manera más justa posible.
Hemos leído en la web de SANVT una comparación que nos ha parecido una genialidad. Dicen que comparar slow fashion vs. fast fashion resulta muy similar a la comparación entre comida rápida y saludable.
La primera se prepara a granel, es muy sabrosa y no es saludable; por lo que podemos equipararla a una moda rápida, una solución rápida, barata y vistosa. La comida saludable, más compleja en la producción, más costosa, pero más respetuosa con el medio, como el slow fashion.
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